El caso del tubo de escape peludo: Un misterio de reparación de autos
En marzo de 2018, compré un Chevrolet Sail 2011 de segunda mano. Sin embargo, lo choqué alrededor de junio de 2018. Lo vendí a otra persona local. Después de varios años, lo volví a comprar.
Pero tenía un problema grave: la velocidad era baja, alrededor de 60 km por hora. Además, la velocidad era inconsistente, a veces un poco más rápida y a veces más lenta. Esto era muy extraño.
Lo conduje desde Guangzhou hasta Huizhou Shuangyuewan. La experiencia fue realmente mala. Cuando llegué a Huizhou, lo llevé a un taller de reparación.
El mecánico pensó que era un problema con la salida de escape en la parte superior del motor. Entonces, usó un poco de pegamento para intentar arreglarlo.
Lo probé un poco y pensé que estaba bien. Pero me equivoqué. El problema continuó.
Por la noche, conduje a otro taller de reparación de autos. Me dijeron que era un problema con el embrague.
No les creí y seguí usándolo al día siguiente. En un taller de reparación cerca de Huizhou Shuangyuewan, le entregué el auto al dueño, que parecía un experto. Después de un día completo de trabajo, el mecánico creyó que el auto estaba arreglado. Sin embargo, durante la prueba de manejo, el problema persistió, así que dejé el auto durante la noche.
Al día siguiente, alrededor del mediodía, el mecánico me informó que el problema estaba resuelto. ¿El culpable? El tubo de escape del auto estaba obstruido con cabello. Al acelerar, los cabellos se acumulaban y obstruían la entrada de aire del motor, limitando el motor a aproximadamente la mitad de su velocidad. Cuando no se aceleraba, los cabellos se movían ligeramente, permitiendo que el auto fuera un poco más rápido.
El mecánico retiró el cabello y reemplazó algunos componentes.
Esta experiencia fue una lección memorable sobre la importancia de identificar la causa raíz de un problema, un principio que se aplica tanto a la reparación de autos como a la programación.